Temprano, bien temprano se escuchan sus pasos por los pasillos de la institución.
Como un padre a la espera de sus hijos se apresta a dejar su mejor esfuerzo día tras día.
Decirle hoy gracias queremos aunque esto suene a poco, pero el que su recuerdo siga entre nosotros será la prueba de que sus trasnochos y esfuerzos no fueron en vano.
Muchas metas por alcanzar y otras tantas ya realizadas muestran el amor de su trabajo, y algún día las generaciones futuras recordaran con alegría que ese rector con cara de papa bonachón fue el que encamino a esta institución a convertirse en el orgullo del barrio, en el modelo a seguir en la ciudad y en todo un sueño hecho realidad.
Aquí quedamos con una semilla por cuidar, por un árbol que veremos crecer y con la seguridad de que la cosecha de sus propósitos para esta institución llegara a las manos de nuestros alumnos.
Gracias mil  gracias Ulises, por su tiempo, por su esfuerzo, por sus días, por sus deseos, sueños y metas para esta institución y aunque hoy nos diga hasta luego, seguirá usted estando entre nosotros porque todos y cada uno de los que hacemos parte de la institución republica de Israel, llevamos en nuestros corazones todo aquello que usted nos dejo como herencia de trabajo.
Que Dios lo bendiga y  a todo aquello que a partir de ahora se dedique.
Afectuosamente,
 Sede San José.